Soledades



Está la soledad de las alturas,
y la del mar, la de la muerte... Pero
todas ellas son grata compañía
al lado del lugar más escondido
que puede concebirse,
esa privacidad helada, inmensa,
del alma que afirmándose a sí misma
pone un punto y final a lo Infinito.

Emily Dickinson

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