No es el morir lo que nos duele,
porque el dolor está en la vida,y es muy distinta de esa muerte
que nos aguarda en la otra orilla.
Las aves marchan hacia el sur
si aquí el estío se termina,
y las que quedan, como hacemos
nosotros, es que están heridas.
Ante las puertas del granjero,
restos de pan y amor mendigan...
hasta que al fin las alimente
la blanca nieve compasiva.
Emily Dickinson
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